Apenas un primer vistazo al extenso entrecruzamiento de llamados en la causa donde se investiga la «Gestapo» antisindical y la fabricación de causas penales, revela que al menos dos hombres del gabinete de la exgobernadora María Eugenia Vidal se comunicaban con el exdirector de Asuntos Jurídicos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Juan Sebastián De Stéfano, y que lo hicieron en fechas significativas para el expediente. El exministro de Trabajo bonaerense, Marcelo Villegas, registra por lo menos un llamado con el exdirectivo del organismo y de el exsubsecretario de Justicia, Adrián Grassi, con el mismo agente aparecen dos, incluso el día previo a la detención del dirigente de la Uocra, Juan Pablo «Pata» Medina.
De Stéfano es uno de los tres exjerarcas de la AFI que llevaron la batuta en la reunión que se hizo en el Banco Provincia el 15 de junio de 2017 donde se pergeñaban estrategias para generar acusaciones penales contra sindicalistas, y en particular contra Medina. Los otros dos exintegrantes de la exSide son Diego Dalmau Pereyra, exjefe operacional de Contrainteligencia y Darío Biorci, exjefe de gabinete. El exministro Villegas es quien sinceró su deseo de tener una «Gestapo» propia para «terminar con los gremios» y expuso que, con denuncias de los empresarios que de la construcción también estaban allí presentes se lograría generar causas, para lo cual ya tenían todo acordado –según expuso allí– con «la Procuración, fiscalía y con el juez». Grassi también participó, e incluso planteó que como había sido fiscal podía señalar que con los reclamos sindicales no podrían ser por sí mismos interpretados como delitos a denunciar. Entonces De Stéfano dio la idea de generar situaciones de provocación.
En una presentación espontánea ante el juzgado de Ernesto Kreplak, Villegas dijo que se consideraba una víctima y que nadie en aquella reunión sabía que estaba hablando con espías de alto rango. Era de por sí una afirmación llamativa, porque a él mismo se lo veía hablar con familiaridad en el video del encuentro, que se encargó de filmar la propia AFI, y también con un papel que descollaba. La diputada y exgobernadora Vidal, también en esa línea, había dicho que esos agentes deberían dar explicaciones. El primer dato contudente en la causa que los llevó a no repetir más esa teoría fue el informe que reveló que habían visitado la AFI tanto Villegas, como Grassi, su ex jefe el entonces ministro Gustavo Ferrari, y el intendente de La Plata Julio Garro.
Ahora se agrega la información sobre las llamadas, cuyo análisis recién comienza, y que muestra el contacto directo de algunos de los exfuncionarios con el directivo de la AFI que manejaba precisamente las cuestiones judiciales. En parte del listado de llamadas, al que accedió Página/12, figuran: un llamado de De Stéfano a Villegas el 17 de agosto de 2017 a las 11.33 que dura 182 segundos; y dos comunicaciones breves de 6 y 3 segundos, de De Stéfano a Grassi, una de las cuales está consignada el 23 de septiembre de 2017 a las 10.55 y la otra el 25 de septiembre a las 10.40. Al día siguiente fue detenido el «Pata» Medina en dos causas, una a cargo del juez federal Luis Armella y la otra, de l juez de garantías Jorge Moya Panicello, impulsada por el fiscal Alvaro Gargana. Ambos expedientes estaban basados en denuncias anónimas. El celular de Grassi es un número que él mismo dio en la reunión en el Bapro. El de Villegas es uno de los que fueron notificados en la causa como suyo.
Como reveló este diario, en la agenda de Villegas entregada al juzgado por la actual gestión provincial, están anotadas al menos cinco visitas suyas al juzgado de Armella. Una de ella fue el 24 de agosto, el mismo día de una de sus visitas a la Casa Rosada, al despacho de Mauricio Macri, en esa ocasión en el mismo horario que Vidal, quien según el registro de ingresos se dirigía a la jefatura de gabinete. Al día siguiente el exministro presentó en la justicia un compilado de notas que habían hecho los empresarios siguiendo el instructivo que les había dado en la cumbre en el Banco Provincia. Una de las citas más llamativas en el juzgado tiene fecha del 18 de octubre a las 10.30. Ese mismo día, la agenda de Darío Nieto, secretario de Macri, decía en un archivo creado a las 18.52: «VILLEGAS, juez de Quilmes quiere hablar con MM en privado». En el entrecruzamiento de llamados, surge un llamado breve el 31 de agosto entre De Stéfano y un celular que sería de Pablo Wilk, secretario del juez Armella.
En la Comisión Bicameral de Inteligencia del Congreso están al tanto de la existencia de siete informes de inteligencia sore el Pata Medina y su entorno, y en especial sobre su patrimonio y su familia, que habría elaborado ilegalmente la AFI. Hay uno que incluso es del mismo día de la reunión de en el Bapro aunque habían comenzado el mes anterior. En esos partes, al sindicalista lo apodaban «conejo».
De Stéfano es el mismo agente que en 2018 fue a ver al juez de Avellaneda Luis Carzoglio a su despacho para decirle que tenía que meter presos a Pablo y Hugo Moyano. Fue, sugestivamente, junto con el jefe de finanzas de entonces de la exSide, Fernando Di Pasquale. «¿Usted qué quiere?» Le preguntaron. Luego le hicieron llegar un borrador de la orden de detención y de allanamientos en Camioneros. Carzoglio hizo público el episodio, y se ganó un pedido de juicio político, por lo que hoy está suspendido en sus funciones. Este lunes, dos exagente de la AFI del grupo conocido como Super Mario Bros, resaltaron en una presentación judicial el papel de De Stéfano en el reparto de directivas. Estos espías son de los pocos que quedaron procesados en la causa de espionaje donde la Cámara Federal dijo que no había existido una asociación ilícita, sino cuentapropistas. En su apelación responsabilizan a la cúpula y al exdirector de Jurídicos.
Cada vez es más evidente el papel medular que tuvo la AFI –en sintonía con lo que han revelado otros expedientes sobre la maquinaria de inteligencia ilegal — en el armado de denuncias, carpetazos y campañas de hostigamiento contra todo opositores políticos, sindicalistas, organizaciones sociales y todo aquel que incomodara en algo al macrismo. Para el caso: ¿Qué hacen dos ministros provinciales hablando con un jefe de la central de inteligencia? Lo que también es palpable es que aunque algunas operaciones se montaran en la provincia de Buenos Aires, todo confluía en la Casa Rosada.