El dilema de las tarifas y los subsidios

 

A horas de conocerse el acuerdo final de Argentina con el Fondo Monetario (FMI), una pulseada de último momento sobre un tema espeso para la interna económica del Gobierno volvió a sacudir la escena. El organismo sugirió que para que Argentina cumpla su meta de reducción del déficit fiscal, debe contraer más el gasto en subsidios energéticos, en un cálculo que debería estar más relacionado con la evolución de la inflación. La respuesta de la Casa Rosada fue inmediata: «es imposible lo que piden», contó a Página I12un alto funcionario oficial. Es que ese pedido llevaría los aumentos, por lo menos, a un 50 por ciento, según los números del organismo.

Así, la cuestión tarifaria es un dilema de compleja resolución: el ministro de Economía, Martín Guzmán, está parado hoy en una doble negociación sobre el tema. En primer lugar, consensuar con el FMI algo realizable y, en la otra esquina, no incumplir con lo que se acordó internamente en el Frente de Todos. A saber: un aumento del 20 por ciento para todos los usuarios domiciliarios de gas y un 15 para las pymes (que se publicó hoy en el Boletín Oficial y regirá desde marzo); más un proceso de recorte de subsidios a altos ingresos. Según el borrador del Memorando de Entendimiento que el Gobierno envió como idea previa general al Congreso, se quitaría el subsidio eléctrico al primer decil de Capital y GBA, más otras 9 regiones urbanas en todo el 2022.

Cerca de la vice aseguran que «ya no hay lugar para sorpresas», y tienen allí un punto: ese aumento del 20 al gas y el proceso de segmentación de subsidios, fue una propuesta de los entes y de Energía, pero con total aval del Ministerio de Economía. Ergo, si en el Memorando de Entendimiento que iría al Congreso en estos días, aparecieran cambios inconsultos, sería un inconveniente serio, más a nivel político que económico. En la Casa Rosada, en tanto, le restan importancia o lo leen diferente: detallan que hay una especie de amenaza final para un mayor ajuste y una posición argentina más dura. Esto no quita -admiten tanto cerca del Presidente Alberto Fernández como de la vice- que no se proceda en adelante con otras fases de segmentación de subsidios. De hecho, el propio informe de Energía asegura que la segmentación por barrios es una primera instancia de varias. Todos están de acuerdo que muchos que pueden deben pagar más, el asunto son los tiempos y cómo es técnicamente realizable una segmentación precisa que no deje inequidades.

En paralelo, hay hechos recientes que muestran cuál es la posición de los entes reguladores, asociados a la figura de CFK. Uno de ellos, que las audiencias públicas para informar aumentos ya se hicieron. Otro hito, que hoy el ENRE les negó a Edenor y Edesur un pedido de fondeo extra por 100.000 millones de pesos para continuar operando en 2022. Las empresas plantearon que eso debería hacerse con un nuevo aumento de tarifas o bien un mix de tarifas y subsidios. Hubo un rechazo de plano del Gobierno, lo que no parece mostrar en el corto plazo modificaciones tarifa al alza. 

Las posibilidades hacia adelante

Ahora bien, qué alternativas están sobre la mesa en el mano a mano de Guzmán con el FMI? Que, por ejemplo, el recorte del gasto en subsidios sea unos puntos menor al sugerido, por caso, que no sea 1,7 del PIB. La otra opción, que haya discusiones semestrales de corrección tarifaria que consideren otras variables. Por esta horas, en la Casa Rosada preocupa el aumento del costo internacional de los energéticos a raíz del conflicto en Ucrania. Este imponderable también debería entrar en un juego de revisión, sobre todo considerando el impacto del gasto en importación del GNL que tiene Argentina.

Los más metidos en el tema apuntan, además, que hay que dejar en claro en esa pulseada con el FMI cuánto de recuperación de las tarifas congeladas durante el cristinismo se logró con los tarifazos del 3000 por ciento que hizo Mauricio Macri. Algunos aseguran que fueron muy por encima de números normales y que, aún con estos dos años de congelamiento actuales, todavía queda «un puchito» de impacto de aquellos aumentos.

En este escenario, los tiempos de presentación del acuerdo se demoran y en el Gobierno confirmaron que trabajan contrarreloj para tener la ley cuanto antes en el Parlamento. Algunos hablan del próximo sábado o bien después de la apertura de sesiones ordinarias.