Pese al escándalo que armó esta semana cuando apareció e intentó hablar en el recinto del Parlmento del Mercosur, en Montevideo, Fabián «Pepín» Rodríguez Simón consiguió un gesto de protección –cuanto menos momentáneo– ya que los parlamentarios brasileños no dieron quórum en la Comisión de Presupuesto y Asuntos Internos que debía tratar el dictamen que propone expulsarlo del cuerpo. Ahora la reunión se pasó para el 20 de abril a las 8.30. La propuesta en cuestión ya tiene los votos necesarios para ser aprobados, pero es necesario que la comisión lo vote y pueda pasar al recinto.

«Hay intereses creados, de la derecha, y advertimos una evidente protección. Habíamos tenido un compromiso previo donde se dispuso que la Comisión de Presupuesto y Asuntos Internos se reuniera este jueves para dar despacho a los dictámenes y terminar con la dilación injustificada planteada por el Frente de Todos. Lo acordaron los tres vicepresidentes Oscar Laborde, Celso Russomano y Gustavo Penades, además del presidente del Parlasur, Tomás Bittar, y en presencia de titular de la Comisión, Conrado Rodríguez», explicó a Página/12la parlamentaria Cecilia Britto (FdT), una de las autoras del dictamen que propone la expulsión junto con el radical Jorge Vanossi. La situación es llamativa, porque esa propuesta de echar a Rodríguez Simón del cuerpo ya  tiene por lo menos seis votos, que alcanzan para su aprobación en la comisión.

El operador de Mauricio Macri tiene pedido de captura internacional y enfrenta un proceso judicial en Uruguay donde la justicia debe decidir si lo extradita. Se fue al país vecino hace un año y cuatro meses para esquivar la investigación y la declaración indagatoria en la causa donde se le atribuyen amenazas y extorsiones a los dueños del Grupo Indalo para quitarles sus medios y empresas cuando Macri llegó al poder. El caso es una muestra de cómo funcionó la mesa judicial del macrismo. La Comisión de Refugiados uruguaya rechazó el pedido de asilo que presentó «Pepín» para que lo consideren un perseguido político. Pero la última palabra es de la justicia, que demora un pronunciamiento.

Mientras tanto, Rodríguez Simón intentó hablar en el Parlasur pero se tuvo que ir abucheado. La parlamentaria Elena Corregido le marcó claramente, y recibió apoyo de otros pares, que un prófugo que burla la justicia no debería votar decisiones que atañen a cuestiones de gran relevancia para todos los países de la región.