«¿Quién va a invertir en la Argentina con este gobierno?», preguntaba la semana pasada Horacio Rodríguez Larreta, en medio del conflicto por la coparticipación. La respuesta llegó rápido. El centro de estudios económicos de Orlando Ferreres, consultor del establishment, publicó el informe de noviembre sobre la marcha de la inversión privada. Registró un aumento del 9,4 por ciento interanual, con lo cual ya van 25 meses consecutivos de suba de este indicador. Son más de dos años ininterrumpidos que la inversión privada crece en el país.
El dato contrasta con lo que ocurrió cuando Juntos por el Cambio estuvo en el gobierno nacional. Con Mauricio Macri, la inversión privada cayó 19 meses seguidos, desde junio de 2018 a diciembre de 2019. Ni las políticas pro mercado, ni los CEO al frente de los principales ministerios lograron convencer a los empresarios para que arriesgaran capital, en una economía que se hundía cada vez más. La crisis de la inversión se extendió hasta octubre de 2020, por el parate de la pandemia. Pero desde noviembre de ese año a la actualidad, todos los meses hubo resultados positivos.
Algunos de los últimos ejemplos de este proceso virtuoso son los de Mercedes Benz, que anunció una inversión de 20 millones de dólares para la compra de un predio en el partido bonaerense de Zárate, donde construirá un centro logístico de autopartes y repuestos para camiones y buses. Volkswagen anunció una inversión de 50 millones de dólares para la producción de camiones desde 2024, dentro de un plan más amplio de 250 millones hasta 2026. Toyota puso en marcha un tercer turno de producción, lo que ocurre por primera vez en sus 25 años en el país, a partir de una inversión de 60 millones de dólares, lo que permitió generar 200 puestos de trabajo.
Mirgor invertirá 10 millones de dólares en su planta bonaerense de Escobar para producir notebooks, auriculares y relojes inteligentes, con la creación de 100 puestos de trabajo. La empresa china Tsingshan Holdings anunció que duplicará la inversión prevista en la provincia de Salta para desarrollar y exportar litio por 4 mil millones de dólares anuales desde principios de 2024. Tecpetrol, del grupo Techint, anunció una inversión de 500 millones de dólares en Vaca Muerta para producir 15 mil barriles diarios de petróleo.
Números y razones
Los casos son de los últimos quince días, pero se cuentan por cientos desde principios de año. Los sectores de hidrocarburos, minería, industria y economía del conocimiento lideran los proyectos. De acuerdo al relevamiento del estudio Ferreres, la inversión privada en noviembre ascendió a 9187 millones de dólares, lo que representa una suba del 9,4 por ciento interanual en volumen físico, sin contar el efecto de la inflación. En el acumulado de enero a noviembre, la inversión creció 14,6 por ciento contra el mismo período de 2021.
Las compras de maquinarias y equipos subieron 13,7 por ciento, en tanto que en el rubro construcción la inversión avanzó 9,6 por ciento.
Una diferencia sustancial que explica por qué durante el gobierno de Juntos por el Cambio la inversión privada retrocedió 19 meses seguidos, en tanto que en la actualidad lleva 25 meses de expansión, es el cambio de orientación de la política industrial. En aquel caso hubo una apertura indiscriminada de importaciones, retiro de estímulos a la producción y generación de condiciones para la especulación financiera, mediante el fuerte incremento de las tasas de interés y la creación de facilidades para la dolarización y fuga de capitales. En lugar de apostar a la economía real, la economía se orientó a la valorización financiera.
El resultado fue que al término de 2019, la inversión privada retrocedió a un mínimo desde la crisis de 2001, al representar solo el 16,7 por ciento del PIB. En la actualidad, con datos a noviembre, la inversión privada representa el 22,2 por ciento del PIB. «Es un record para los últimos años», destacó el secretario de Industria y Producción, José De Mendiguren.
El Banco Central informó este viernes que a dos años de su puesta en marcha, la línea de Financiamiento a la Inversión Productiva asistió a más de 350 mil micro, pequeñas y medianas empresas de todo el país, con desembolsos por 3,5 billones de pesos. «Se trata de uno de los principales programas de estímulo crediticio dispuestos por el Banco Central, a través del cual direcciona una porción del fondeo bancario hacia el sector productivo», explicó.
La línea de Financiamiento a la Inversión Productiva fue creada el 15 de octubre de 2020, en la cual dispuso que los bancos deberían destinar un porcentaje de sus depósitos para otorgar créditos a tasas bajas tanto para proyectos de inversión como para financiar capital de trabajo.
Empleo
Una de las consecuencias más destacadas del aumento de la inversión privada es la creación de puestos de trabajo en relación de dependencia. El Ministerio de Trabajo informará oficialmente la próxima semana los datos de octubre, con un aumento del 0,3 por ciento en los empleos asalariados respecto del mes anterior. Con ese resultado, ya son 22 meses consecutivos de suba de la ocupación en las empresas, con un total de 438 mil puestos formales. El proceso de restauración lleva 27 meses, pero en diciembre de 2020 hubo una ligera contracción que interrumpió la cuenta.
Como resultado de esta fase expansiva, se recuperó el empleo privado registrado que se perdió tanto en la pandemia como en todo 2019 y durante el segundo semestre de 2018. El número de trabajadores asalariados se encuentra en un nivel similar al de junio de 2018.
En los últimos cuatro meses, entre julio y octubre, el crecimiento del empleo del sector privado alcanzó al 4,9 por ciento. Es una de las tasas más altas desde enero de 2010.
Desde el inicio de la gestión de Alberto Fernández, el empleo asalariado creció 4,1 por ciento, variación que implica la incorporación de 243 mil personas (se habían perdido 195 mil puestos durante la pandemia). Como contraste, durante la presidencia de Macri el empleo privado se contrajo 3,5 por ciento, representando la expulsión de casi 220 mil trabajadores de sus empleos formales.
En el gobierno de Juntos por el Cambio, los salarios perdieron en promedio 21,5 puntos porcentuales. En la actual administración retrocedieron 7,9 puntos hasta octubre. Es decir, el aumento de la inversión y de los puestos de trabajo no lograron revertir la caída de los sueldos, lo que se presenta, junto a la inflación record, como los grandes déficits de la actual gestión. La suba de la ocupación elevó en términos agregados la masa salarial, pero el poder adquisitivo se mantuvo en baja para la mayoría.
Disminuir el incremento de precios y elevar los ingresos sigue siendo el desafío, pero eso no debe hacer perder de vista el otro aspecto clave de la cuestión: las políticas productivas son las que hicieron crecer la inversión y el empleo, en tanto que el modelo neoliberal de valorización financiera destruyó la inversión productiva, la ocupación y los salarios.