Colombia arrancó el 2023 con optimismo ante el cese bilateral del fuego anunciado minutos antes de terminar 2022 por el presidente Gustavo Petro con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las FARC y grupos paramilitares, y que estará vigente desde este domingo y hasta el 30 de junio. El anuncio de Petro cumple así con uno de los objetivos que se había trazado en el camino a su política de «paz total» desde que asumió hace casi cinco meses.
«La paz total será una realidad»
«Hemos acordado un cese bilateral con el ELN, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y las Autodefensas de la Sierra Nevada desde el primero de enero hasta el 30 de junio de 2023, prorrogable según los avances en las negociaciones», indicó el mandatario en un tuit compartido minutos antes de fin de año.
«Este es un acto audaz. El cese bilateral de fuego obliga a las organizaciones armadas y al Estado a respetarlo», escribió Petro en sus redes sociales, y agregó: «La paz total será una realidad. Es mi deseo en este final de año que sea posible la paz».
La presidencia de Colombia detalló en un comunicado que el objetivo principal será «suspender la afectación humanitaria» de la población y, en particular, de las comunidades indígenas y campesinas. También se suspenderán acciones ofensivas y se evitarán incidentes armados entre la fuerza pública y las organizaciones.
El anuncio es una buena noticia especialmente para los pobladores de regiones como Arauca, Norte de Santander, Caquetá, Putumayo, Chocó, Cauca y el nordeste antioqueño, zonas donde esos grupos armados tienen mayor influencia y, por ende, hay más delitos y más ataques contra la población civil. El gobierno expedirá un decreto específico por cada una de las organizaciones, donde se determinará la duración y las condiciones del cese del fuego.
Apoyo de distintos sectores
El anuncio de Petro no tardó en recibir reacciones positivas, entre ellas la del jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, quien insistió en que «Naciones Unidas apoya todos los esfuerzos orientados a reducir la violencia en los territorios, a proteger a las comunidades afectadas por el conflicto y a construir paz en Colombia». Por su parte, la Defensoría del Pueblo aplaudió el cese el fuego con «los grupos armados ilegales, entre ellos los que generan los mayores riesgos en las Alertas Tempranas.
El ministro de Defensa, Iván Velázquez, aseguró que «las Fuerzas Armadas respaldan este nuevo esfuerzo por la paz y asumen el compromiso que implica un cese bilateral al fuego, afianzando simultáneamente el control del territorio y la protección de la población». En tanto la senadora Claudia Pizarro, hija del asesinado candidato presidencial Carlos Pizarro, mostró su compromiso con el cese bilateral del fuego con todos los actores del conflicto.
El líder del partido Comunes, surgido de la desmovilización de las FARC, Rodrigo Londoño, llamó a los grupos incluidos en el cese el fuego a «actuar con decisión y contundencia». «La paz demanda valor, osadía y heroísmo. Pero sobre todo, amor al pueblo», manifestó Londoño en sus redes sociales. Por su parte el presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), Camilo González, celebró este «hecho extraordinario» que incluye a «más o menos 80 estructuras» de los grupos armados que han entrado en un cese bilateral, generando «un impacto en cerca de 350 municipios de Colombia».
Nueva etapa de diálogo
La última insurgencia reconocida del país, el ELN, y el gobierno de Colombia iniciaron en noviembre sus negociaciones de paz de forma oficial en Caracas, con delegados de Cuba y Noruega, países garantes. Ambas partes tienen previsto retomar las conversaciones a fines de enero en México.
Al término de la primera ronda de negociaciones el 12 de diciembre las delegaciones concluyeron con cuatro acuerdos parciales. Uno de ellos es un pacto humanitario que permite el retorno de cientos de familias desplazadas a las regiones de Bajo Calima, Chocó, Medio San Juan y Valle del Cauca.
El gobierno de Colombia y el ELN habían iniciado conversaciones de paz en 2016, cuando el presidente era Juan Manuel Santos, quien acababa de firmar un acuerdo similar con las FARC. Pero esas negociaciones fueron congeladas en 2018 por el sucesor de Santos, Iván Duque, después de que el ELN atentara contra una escuela de policía y dejara 22 muertos.
Por otro lado, los grupos Segunda Marquetalia y Estado Mayor Central, que se apartaron del pacto de paz firmado por las FARC en 2016, sostenían «diálogos exploratorios» por separado con delegados de Petro. Lideradas en el pasado por el narcotraficante Otoniel, extraditado a Estados Unidos, las AGC son la mayor banda narco del país.