Tal como ocurrió la semana pasada en La Bombonera, la «Academia» y el «Xeneize» no abrieron el marcador y definieron al semifinalista con disparos desde el punto del penal. El «uno» de Boca atajó dos y los de Almirón se metieron entre los cuatro mejores de América.
Boca se clasificó a las semifinales de la Copa Libertadores, en las que enfrentará a Palmeiras, de Brasil, al vencer este miércoles por la noche en Avellaneda a Racing por 4 a 1 en definición por penales, instancia en la que el arquero Sergio Romero atajó dos para desempatar el 0 a 0 de este juego y el anterior en la Bombonera.
De esta manera Boca, sin ganar ninguno de los cuatro partidos de play offs, ya que con Nacional igualó también 0-0 de visitante y 2-2 de local en octavos, enfrentará a fines de septiembre a Palmeiras, que este miércoles por la noche empató sin goles como local ante Deportivo Pereira, al que había goleado por 4-0 en la ida jugada en Colombia.
Racing salió convencido a buscar el gol desde el inicio del partido y a ser protagonista, todo lo contrario a lo que hizo durante la primera etapa en la ida jugada la semana pasada en la Bombonera.
Con el dominio absoluto del mediocampo y con el equipo parado en zona rival, la «Academia», fue el que impuso las condiciones del juego con un correcto manejo de la pelota.
Boca, por su parte, trató de no desesperarse, se paró firme en defensa y no se animó a arriesgar en ofensiva.
De a poco la visita tomó confianza, emparejó el mediocampo, aunque por momentos el trámite del encuentro se tornó impreciso y friccionado en dicha zona.
La primera jugada clara de peligro la tuvo el local tras una habilitación del colombiano Quintero sobre la derecha a Aníbal Moreno que definió de primera ante la salida de Romero que se terminó quedando con la pelota.
Después de esa jugada, el control de la pelota volvió a ser de Racing y Boca se dedicó a esperar con mucha gente en su campo y sin reacción en ataque, la contra cara de lo que mostró como local en La Boca.
La presión del equipo de Fernando Gago le permitió volver a generar una chance clara de gol tras un centro de la izquierda de Gabriel Rojas que le llegó a Quintero y este sacó un remate de primera que pasó apenas desviado del palo derecho de Sergio «Chiquito» Romero, resistido por los hinchas locales en cada intervención.
Los minutos finales de la primera parte fueron los típicos de Copa Libertadores con la tensión característica, la pierna fuerte y sin precisión en el juego.
El «xeneize» arrancó la segunda etapa un poco más despierto de lo que mostró en la parte inicial, trató de tener la pelota y de pararse en campo contrario.
El desarrollo del partido perdió brillo en cuanto a la generación de juego, se prestaron la pelota y ninguno pudo ser claro dominador.
A los 31 minutos Boca tuvo la jugada más clara con un remate de afuera del área de Lucas Janson que salió apenas desviado del palo izquierdo.
Con el correr de los minutos Boca copó el mediocampo, lo dominó y por momentos se acercó al arco defendido por Gabriel Arias aunque sin peligro certero.
Los de Gago perdieron peso ofensivo, nuevamente con un flojo desempeño del centrodelantero Maximiliano Romero, que faltando diez minutos fue reemplazado por el colombiano Roger Martínez que no tuvo chances de lucir su juego.
El último cuarto de hora lo tuvo a Racing con la intención de controlar la pelota y de hacerse fuerte en ataque, con algún remate al arco de Romero aunque sin peligro.
Ya cerca del final, el cansancio y el desgaste físico de ambos equipos hizo que el espectáculo perdiera brillo para terminar nuevamente empatados sin goles durante los noventa minutos y definir al semifinalista desde los doce pasos.
Y en esa instancia Romero, que luego confesaría que se iba «feliz y triste a la vez», porque es «hincha de Racing» y le «dolieron los silbidos de los hinchas», le contuvo los remates a Gonzalo Piovi y Leonardo Sigali para impulsar a Boca a semifinales de Libertadores después de tres años.