Luego de que estudiantes universitarios se hayan posicionado a favor de la educación pública, la gratuidad universitaria cumple 74 años.
Desde el pasado jueves 16/11, estudiantes universitarios se congregaron en todas las Universidades Públicas en defensa de la Educación Pública. Se realizaron distintas iniciativas bajo el lema «No negociamos la Educación Pública. No a la privatización, arancelamiento y voucher a la educación».
El 22 de noviembre se conmemora el día de la gratuidad universitaria. Se cumplen 74 años del decreto 29337 que suspendió el cobro de aranceles universitarios. “Esta fecha nos debería encontrar pensando en cómo incluir a esos millones de jovenes que quedan por fuera del sistema educativo y en cómo hacemos para llenar la Universidad Pública de estudiantes. Hoy por mas que la Universidad sea gratuita, los costos para permanecer son altísimos: alquileres fuera de control sumados a elevados gastos en transporte y alimentación en aquellas provincias en donde no existen Boletos Educativos ni Comedores Universitarios.” sostuvo Tomás Battaglino, responsable nacional del Movimiento Sur y secretario de la Federación Universitaria Argentina.
El día 14 de noviembre, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) declaró:
“Sin dudas, las universidades públicas argentinas transforman las vidas de las personas, de sus familias y de las comunidades en las que se asientan. En ellas hoy se generan las condiciones para comprender y formar parte de un mundo cada vez más complejo, en el que el conocimiento se ha constituido como el principal vector de cambios y transformaciones, representando un factor de desarrollo en sí mismo. Es la educación superior de calidad la que producirá más desarrollo en la Argentina.
Queremos una Argentina con más educación pública de calidad, sin aranceles que expulsen a estudiantes ni políticas educativas mercantilistas que piensen en la educación como un bien transable, que condene al país a una mayor desigualdad y exclusión de amplios sectores sociales.“
“La Universidad Pública tiene hoy el desafío de sostener su gratuidad frente a las propuestas de arancelamiento y su autonomía frente a la lógica del mercado que propone carreras para quienes puedan pagarlas. Pero sobre todo, tenemos la tarea de que la juventud argentina que hoy no accede a la educación superior pueda hacerlo. Para eso nos debemos una profunda discusión sobre la excesiva duración de las carreras, la creación de títulos intermedios, la ampliación del sistema de becas y de políticas de inclusión. Hay que trabajar en ampliar derechos y no recortarlos. Que los jóvenes argentinos tengamos futuro en la Universidad Pública y no en el servicio militar obligatorio ni en trabajos precarizados.” concluyó Tomás Battaglino.