4 de enero 2024
Se estima que la venta de combustibles líquidos cayó entre el 10 y el 20% a causa de los aumentos. En ese contexto, se dispararon las consultas para instalar equipos de GNC.
Tras el último salto del miércoles, los combustibles acumularon un aumento superior al 110% desde noviembre. Con el litro de nafta súper alrededor de los $700 en la Ciudad de Buenos Aires, el consumo comienza a verse resentido.
Así lo estimaron distintas fuentes del sector, que dan cuenta de una merma en las ventas de combustibles en diciembre y lo que va de enero. Aunque la cifra exacta es todavía difícil de precisar, advierten también que la posibilidad de nuevos aumentos en un futuro cercano golpeará más la demanda.
En ese escenario, se prevé el “renacimiento” del GNC. Los talleres que se dedican a la colocación de equipos recibieron un aluvión de consultas en los últimos días y pronostican un fuerte crecimiento en las conversiones para los próximos meses. De hecho, luego de un 2023 con los números más bajos desde que la industria tiene registro, se espera un fuerte repunte.
Aunque, advierten, el techo lo pondrá la propia economía: instalar un equipo ronda los $950.000 y, si bien la inversión se “recupera” en menos de un año con el ahorro (dependiendo del uso), la falta de financiación y los límites en las tarjetas de crédito pueden suponer un tope al nivel de conversiones.
Combustibles: aumentos y caída en la demanda
El miércoles 3 de enero los combustibles aumentaron en promedio un 27%, y se sumaron así a los dos incrementos que la nafta había tenido en diciembre: aproximadamente de un 30% el 8 y entre el 30 y el 37% el 13, luego de la devaluación oficial.
Así, el precio de nafta súper de YPF en la Ciudad de Buenos Aires se ubicó en torno a los $700 y acumuló un alza del 125% desde noviembre. La premium, por su parte, pasó a valer $868 y subió 119% desde noviembre.
Las subas, que se dieron en un contexto de marcada aceleración inflacionaria, impactaron en el consumo: por caso, según publicó el sitio especializado Econojournal, algunas petroleras privadas tuvieron una caída de casi el 10% en las ventas durante en diciembre, en la comparación frente al mismo mes del año anterior.
“Estamos todavía evaluando el porcentaje, haciendo un relevamiento para saber a ciencia cierta cuánto bajó, pero se siente la merma. La baja de demanda es una consecuencia de los aumentos que se han producido”, explicó a Ámbito Isabelino Rodríguez, presidente de Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la Argentina (CECHA).
Si bien aún es pronto para cuantificar la caída en la demanda, Rodríguez estimó que se ubicaría en el orden del 20%, aunque aclaró: “Son proyecciones provisorias. Y el impacto no es el mismo en todo el país. Están las estaciones en las rutas que, por las vacaciones, mantienen los niveles de consumo. Se nota más en las grandes ciudades”.
De todas formas, más allá de resaltar el impacto en la demanda interna, el titular de CECHA sostuvo que estos nuevos valores de los combustibles “también tienen efecto aguas arriba, en un proyecto exportador para Argentina, para poder dar previsibilidad para las inversiones en Vaca Muerta”. “Hablamos a de una matriz energética y lo importante es que la podamos desarrollar”, concluyó.
“Renace” el GNC: de cuánto es el ahorro
De la mano de los últimos aumentos en los combustibles líquidos y la consecuente caída en la demanda, también creció el interés de los automovilistas por “pasar” sus vehículos a GNC. “Con las subas de diciembre, la demanda se había empezado a mover. Después del último aumento, se dispararon las consultas y las concreciones. También viene mucha gente que ya tenía instalado el equipo, pero necesita una reparación: antes, quizá, no usaba el auto a GNC”, explicó a Ámbito Federico Baratella, presidente de la Cámara de Fabricantes de Equipos (CAPEC).
El especialista señaló que la demanda “pasó de estar parada en noviembre, a transformarse ahora en una locura”. “Sucede que antes no dolía tanto el precio de la nafta. Ahora hay una diferencia muy grande: mientras que el litro de nafta premium supera los $800, el m3 de GNC cuesta alrededor de $250. Vale aclarar que un litro de nafta rinde más o menos lo mismo que un m3 de gas”, señaló Baratella.
En ese escenario, graficó que mientras que para llenar el tanque de un auto mediano con nafta premium cuesta unos $35.000, para obtener una autonomía equivalente en GNC se gastan actualmente unos $12.000.
Esta realidad hace que desde el sector se entusiasmen con un fuerte incremento en las conversiones durante 2024. “En 2023 tuvimos el peor año en la historia del GNC, con una media de 6.000 conversiones al mes, cuando la histórica fue de alrededor de 15.000. En los mejores momentos, que coincidían con momentos o salidas de crisis, se llegaron a picos de 25.000 y 30.000 instalaciones por mes”, sostuvo Baratella.
Y concluyó: “Ahora esperamos en enero llegar a las 12.000 o 13.000 instalaciones. Las expectativas son llegar a la media histórica de 15.000, que sería triplicar lo que hicimos el año pasado. No va a aumentar más, porque el techo es la financiación. La gente no llega con la plata. No todos tienen en el bolsillo $950.000, que es lo que cuesta el equipo. Tampoco todos tienen el monto disponible en la tarjeta de crédito”.
Fuente: https://www.ambito.com/economia/por-la-suba-combustibles-cae-demanda-naftas-y-anticipan-salto-conversiones-gnc-n5914152