Por decreto, el gobernador, Osvaldo Jaldo, instruyó a la Secretaría de Estado de Producción del Ministerio de Economía y Producción a coordinar la labor junto a otras instituciones del sector para elaborar un informe pormenorizado sobre el impacto de esta plaga que afecta a cultivos maiceros
A raíz de la plaga conocida como Chicharrita del Maíz, Dalbulus Maidis, que afecta al cultivo de maíz en el territorio de Tucumán y las graves consecuencias que puede implicar para ese sector productivo, el gobernador, Osvaldo Jaldo, decretó ayer atender esta situación con el fin de proteger a los productores de la provincia.
En el documento, que fue refrendado por el ministro de Economía y Producción, Daniel Abad, se establece que se encomienda “a la Secretaría de Estado de Producción – a cargo de Eduardo Castro- dependiente del Ministerio de Economía y Producción, la convocatoria a una mesa interdisciplinaria de trabajo, al efecto de elaborar un informe pormenorizado sobre la situación de la Chicharrita del Maíz, Dalbulus Maidis, en el territorio de nuestra Provincia, determinar el impacto causado por la plaga, evaluar los posibles daños ocasionados y proponer estrategias para el abordaje de la problemática”.
Al mismo tiempo, ordena que se autoriza “a la Secretaría de Producción para que, a través de sus áreas dependientes, efectué todas las acciones necesarias, firmas de convenios, instrumentos y vinculaciones con diferentes órganos provinciales y nacionales que tengan injerencia en la temática, en especial el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y Fundación Miguel Lillo”.
Características de la chicharrita:
Se trata de un insecto monófago que solo se alimenta y multiplica en las plantas de maíz, lo que produjo que la mayoría de los lotes de maíz sembrados en el verano estén muy comprometidos por los daños indirectos causados por el insecto vector, la bacteria (Spiroplasma Kunkelii) que provoca la enfermedad del achaparramiento del maíz transmitida por el vector, podría determinar pérdidas de hasta el 100% del cultivo del maíz.