En la reunión en el Vaticano, la vicepresidenta Victoria Villarruel y el papa Francisco hablaron de Malvinas, la preocupación por niños y ancianos y de Argentina.
La vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel, quedó muy conforme y también conmovida tras su encuentro con el Papa Francisco. Todo se desarrolló en un clima muy amable, hasta cariñoso. La Vicepresidente de la Nación conocía a Jorge Bergoglio, de sus tiempos como Arzobispo de Buenos Aires, y luego lo había visto una vez, ya como Papa, en 2014. Lo vio bien de salud y Francisco estuvo incluso de pie buena parte del encuentro.
La reunión fue a agenda abierta, y lógicamente el Papa se mostró preocupado en especial por la situación de los niños y los ancianos de Argentina. “Es natural, unos son el futuro y otros la reserva de sabiduría”. El Papa se mostró como siempre muy atento a la realidad argentina y apeló mucho a la necesidad de recuperar la dignidad.
También se habló del flagelo de las drogas y se interesó también por el trabajo de Villarruel en el Senado.
Valoró todo lo que apunte a la unidad y confluencia del pueblo argentino.
Se habló incluso de Malvinas, y se rozó el tema de las heridas abiertas de los 70; ambos apuntaron a la necesidad de unión de los argentinos.
¿Qué le deja esta reunión en lo personal y como funcionaria de gobierno? “Muchas cosas, porque es el argentino vivo más importante del mundo y de nuestra historia. Soy vicepresidente pero soy una argentina más”.
El Papa el obsequió como es habitual un rosario, pero también todas sus Encíclicas y, algo que le gustó especialmente, una placa de bronce con las figuras en relieve de San Pedro y San Pablo.
También hubo tiempo para una recorrida por la Basílica de San Pedro. Esta fue la última actividad de Villarruel en Europa. Esta noche la Vicepresidente de la Nación emprende el regreso a la Argentina.
FUENTE: Infobae