Acuerdo con el FMI: El PRO no se hace cargo de la deuda que provocó

 

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional continúa dividiendo aguas en Juntos por el Cambio. Mientras que la UCR y la Coalición Cívica abogan, cada vez con mayor firmeza, por facilitar la aprobación del entendimiento en el Congreso, el ala más dura del PRO pone peros y se resiste a acompañar un proyecto que no cuenta con el acompañamiento unánime del oficialismo. En rigor, se hacen los distraidos con respecto al problema que generó el propio Mauricio Macri al retornar al FMI y tomar la mayor deuda de la historia. «Vamos a ver qué hace el Frente de Todos», ironizan sin sonrojo algunas espadas del PRO que plantean que, si Máximo Kirchner no vota la ley, por qué debería hacerlo la oposición. El debate continúa abierto y, si bien hubo una reunión del bloque PRO en Diputados para arribar a una postura unificada, el partido sólo atinó a consensuar que, antes que tomar una decisión, había que conocer la letra chica del acuerdo. La expectativa es que este jueves, durante una reunión presencial de la mesa nacional de JxC en Olivos, las principales figuras de la oposición puedan zanjar las diferencias y arribar a una postura unificada. Hasta ahora, sin embargo, JxC ha ido aprovechando cada oportunidad para patear para adelante cualquier tipo de definición.

«Nadie puede decir cómo va a votar un texto que no conoce», zanjó el presidente del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, a este diario al finalizar la reunión de bloque en la que se iba a analizar qué postura adoptar ante el futuro debate parlamentario en torno al acuerdo con el FMI. «Nadie puede decir cómo va a votar un texto que no conoce. El acuerdo con el FMI es con 184 países que lo integran, es decir, se trata de un diálogo internacional que no puede estar sometido a caprichos de la política interna ni de cuestiones ideológicas superadas», subrayó Ritondo.

«Hay un debate abierto. Un default con el FMI sería irresponsable y obligaría al propio gobierno a un ajuste mayor. Pero si el oficialismo no puede convencer a su propia coalición, será dificil después cumplir con las metas planteadas: para que sea viable primero debe haber consenso interno en el oficialismo», destacó Laspina a Página/12, anticipando la vuelta que le encontraron para no hacerse cargo de lo que provocaron. Esto es, por qué deberían cargar con la responsabilidad de resolver la crisis de deuda dejada por su propio gobierno si Máximo Kirchner (o Cristina Fernández) no lo hacía también. «Cuesta mucho acompañar algo que el propio gobierno no acompaña», añadió, por su parte, el diputado Omar De Marchi.

El otro tema que debatieron los diputados macristas fue el Consejo de la Magistratura. El diputado Pablo Tonelli, aclaró que «la solución más republicana es que el Congreso dicte una nueva ley orgánica. Los principales puntos que debe contener la ley incluyen que la Corte, a través de uno de sus miembros, integre el Consejo y lo presida».

El que también habló fue el exministro de Justicia bonaerense Gustavo Ferrari sostuvo que «la conformación del Consejo de la Magistratura, por la exigencia constitucional, es el garante de la independencia judicial. Según como se elijan a los jueces es cómo vamos a tener el modelo de Justicia que el país merece y con una administración lógica hacia las necesidades de los ciudadanos», dijo quien supo integrar la mesa judicial antisindical que funcionó durante la gobernación de María Eugenia Vidal.

Los otros socios

Sobre el acuerdo con el Fondo, la UCR y la Coalición Cívica se ubican en una especia de vereda de enfrente al diferenciarse claramente del PRO. El partido que fundó Elisa Carrió sostiene una postura de respaldo al acuerdo. «No estamos dispuestos ni vamos a aplaudir un default, porque eso sería catastrófico. Es auspicioso que la Argentina logre de una vez por todas un acuerdo con el FMI. Estamos en un momento de responsabilidad histórica, que la tenemos que llevar con sensatez», sostuvo esta semana Maximiliano Ferraro, presidente de la CC y quien se encargó de clarificar la postura del espacio.

El sábado pasado, la CC mantuvo también su propio plenario partidario en el que Elisa Carrió se encargó de encolumnar a los principales dirigentes de su espacio detrás del acompañamiento del acuerdo con el FMI: «Se deben honrar las deudas porque es lo que corresponde. No acordar sería la bancarrota. Sabemos que este gobierno no tiene política económica, pero tenemos que apoyar la intención de alcanzar un arreglo por la deuda», sostuvo, entonces, una de las socias fundadoras de Cambiemos que venía manteniendo un bajo perfil en los últimos días.

Al igual que parte del radicalismo, la Coalición Cívica cuestionó la postura de un sector del PRO que «no quiere pagar los costos» y que sostiene la teoría de «cuanto peor, mejor». En el último zoom de la mesa nacional de JxC, el jefe de bloque de la CC en la Cámara de Diputados, Juan Manuel López, también aprovechó para reprocharle a Mauricio Macri que había que actuar con «responsabilidad» cuando el expresidente sostuvo que el ajuste proyectado por Martín Guzmán no era creíble.

Recuadro reunión Olivos

Este jueves, las principales referentes de Juntos Por el Cambio se verán las caras en Olivos con el objetivo de unificar una postura sobre el acuerdo del FMI y limar las asperezas internas. Participarán del encuentro todes les integrantes de la mesa nacional de JxC, como Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales, Gustavo Valdés, Patricia Bullrich, Martín Lousteau y Miguel Ángel Pichetto, entre otros. Se espera que la misma tenga una duración de cinco horas (entre las 13 y 18) y será la oportunidad para consensuar una postura respecto a varios debates legislativos pero, principalmente, respecto al acuerdo con el Fondo. Este tema ha generado varias divisiones internas en la coalición opositora, con el radicalismo y la Coalición Cívica abogando por facilitar la aprobación del entendimiento en el Congreso, pero con un PRO que pone peros a la hora de acompañar un proyecto que no cuenta con el respaldo unánime de todo el oficialismo. Lo más probable es que la mesa termine pidiendo conocer «la letra chica» del acuerdo, pero la reunión servirá también para blanquear las distintas posturas que hay en la coalición opositora.