Las y los 1.550 empleados de la empresa Bridgestone recibieron una muy buena noticia esta semana: cobrarán 365.000 pesos en sus cuentas en concepto de participación en las ganancias de la firma. En mayo, percibirán otro monto similar por lo que sumarán 730.000 pesos en total este año. Es gracias a una cláusula que se negoció con la empresa en el 2001. Reaviva el debate acerca de la necesidad de avanzar en herramientas que garanticen la participación de los trabajadores en las ganancias.
La participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas está contemplada en el artículo 14 bis de la Constitución. Sin embargo, la cláusula acordada entre Bridgestone y el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático (Sutna) en 2001 es novedosa en el país.
Gracias a la recuperación que muestran los números de la industria, la fabricante de neumáticos japonesa tuvo ganancias por encima del 6 por ciento durante el año fiscal 2021 y este hecho activó la cláusula del Convenio Colectivo de Trabajo que establece que toda utilidad que supere el 6 por ciento de excedente de la ganancia neta libre de impuestos se debe distribuir un tercio entre las y los trabajadores, un tercio en bienes de capital para mejorar la producción y otro tercio para el desarrollo proveedores.
«La intención es que todo quedara dentro del país», cuenta a PáginaI12 Pedro Wasiejko, que fue el encargado de negociar este beneficio como secretario general del Sindicato.
Cómo fue la negociación
En plena crisis del 2001, con el antecedente de Goodyear y otras tantas empresas más allá del sector neumáticos yéndose del país, Bridgestone plantea la necesidad de reducción de personal. La japonesa pagaba salarios un 40 por ciento por encima de otras empresas de neumáticos como Pirelli o Fate y, tras la instalación de Toyota en Argentina, la intención de quedarse en el país era estratégica a nivel global como proveedora de la automotriz japonesa.
Pedro Wasiejko, que en este entonces era secretario general del Sutna, lo sabía y usó esa carta para negociar: «Cuando lo planteé en la asamblea ni yo mismo lo creía, pero lo defendí con garra. Estaba como una flor en el acuerdo y pasó», explica orgulloso. La negociación implicó que los trabajadores pierdan un 13 por ciento del salario de bolsillo a cambio de la participación en las ganancias cuando las mismas fueran por encima del 6 por ciento libre de impuestos. En ese entonces consiguió además el pago de una doble indemnización para los o las trabajadores que no acepten la reducción del 13 por ciento y decidan irse de la empresa, y una indemnización parcial para compensar la pérdida de quienes se quedaban.
La cláusula comenzó a regir en ese momento y fue incorporada formalmente en el Convenio Colectivo de Trabajo en 2006 y ratificada ante cada renovación. El pedido inicial de Wasiejko era que sea un 4,5 por ciento en vez del 6 el guarismo que la active, aunque no lo consiguió.
En los veinte años desde su vigencia, la cláusula se activó seis veces. La más importante fue en 2004 cuando, como resultado de la recuperación de la economía, los trabajadores cobraron 9 veces su sueldo: 17.000 pesos gracias a la ganancia de la empresa, cuando el sueldo promedio era de 1.800, aún por encima del de la economía en general que era de alrededor de 1.000. La relación hoy es de casi 6 veces su sueldo, teniendo en cuenta que cobran 130.000 pesos promedio.
Caso testigo
El caso Bridgestone sorprendió por lo excepcional y esperanzador. Es de las pocas experiencias en Argentina de este tipo pero despeja el panorama para reabrir un debate que excede fronteras, que tiene que ver con el derecho de los trabajadores a participar en las ganancias.
Es que la participación de los trabajadores en las ganancias es tema de debate en la literatura internacional, como mecanismo para que el capitalismo sea más equitativo e igualitario: «El Ministro de Economía se va a poner contento en la lucha por la recuperación del poder adquisitivo de los salarios. Es un mecanismo con un impacto distributivo y no inflacionario», enfatiza Wasiejko.
La experiencia más cercana en Argentina es el caso de los bancarios, que cobran un adicional atado a las utilidades promedio de los bancos. En Argentina el ex diputado nacional Héctor Recalde presentó más de 20 proyectos de ley en este sentido, que en general no prosperaron en el recinto, ya que hace falta una voluntad política del bloque para hacerlo avanzar. El ex diputado instaló este debate en el 2010 intentando sentar posición y definir la perspectiva del peronismo como espacio político. Sin embargo, el único proyecto que consiguió la media sanción en diputados fue el derecho al bono de participación en las ganancias de las empresas de telefonía.
Wasiejko señaló que en la última reunión que mantuvo la Mesa Nacional de la CTA con Alberto Fernández en Casa Rosada, el pasado 13 de diciembre, planteó la necesidad de promover este tipo de iniciativas para garantizar la recuperación de los ingresos por parte de los trabajadores y el Presidente señaló su acuerdo con la propuesta: “Él coincidió en la necesidad de avanzar en herramientas que garanticen la participación de las y los trabajadores en las ganancias. También afirmó que el crecimiento de la economía debe llegar a todos los sectores y que para que eso sea posible hay que avanzar en herramientas que permitan una justa distribución de los ingresos”, aseguró.
«Hay que aprovechar el envión y hablarlo», continúa el actual presidente de Astilleros Ríos Santiago, que agrega que, «con la media palabra del presidente, es importante también reimpulsarlo en las negociaciones colectivas y legislativamente para todas las empresas que están en el país».