Tras la aprobación del directorio del Fondo Monetario Internacional, el presidente Alberto Fernández se refirió a la refinanciación de la millonaria deuda contraida por Mauricio Macri con el organismo internacional, al señalar que el nuevo acuerdo permite al país «sacar una soga del cuello». «Nos tenía totalmente condicionados hacia el futuro», sostuvo el Presidente.
«Nos sacamos la angustia de pensar que este año teníamos que pagar 19 mil millones de dólares, y eso, obviamente, es un paso adelante que no hubieramos querido hacer, porque nosotros no tomamos esa deuda, pero estamos pagando las consecuencias de lo que sí se endeudaron», agregó y completó: «Estamos resolviendo un problema que no generamos, pero que sí tenía la Argentina»,
Inflación
El jefe de Estado analizó, además, el problema de la inflación que aqueja a la Argentina y la consecuente suba (de los precios) de los alimentos. “Cuando dije la frase de ‘comenzar una guerra contra la inflación’ lo hice en sentido figurado, en el sentido de ponerle fin en Argentina a un problema que acarreamos desde hace años. Tenemos que enfrentarlo con decisión porque la inflación tiene múltiples causas en nuestro país”, sostuvo.
Luego de que el precio de los alimentos marque una suba por encima de los siete puntos porcentuales, el jefe de Estado amplió: “Por un lado, tienen que ver los formadores de precios, por eso hay que llamarlos a la reflexión para que se den cuenta de que tener una suerte de oligopolio no los autoriza a hacer padecer a los argentinos. Y por otro lado, también hay discutir cómo es la cadena de distribución de los alimentos”.
Asimismo el mandatario reconoció que en este escenario no queda exento a la situación internacional, principalmente a las consecuencias de la guerra en Ucrania. “Es cierto que se ha desatado una guerra que ha potenciado el precio de los alimentos y de la energía, y también es cierto que la Argentina en este contexto tiene una posición de privilegio porque puede vender gran cantidad de alimentos hacia el exterior. Eso me parece esplendido como oportunidad, pero no me parece bien que se convierta en una preocupación para los argentinos», explicó.
“Mi obligación primera es para con el ciudadano, con el que tiene que ir a comprar un paquete de azúcar, de harina, o de fideos”, sostuvo. Y destacó: “Vamos a seguir trabajando en medidas y en recuperar un diálogo quebrado, para encontrar una solución». «Necesito que la gente pueda vivir en paz y que los precios bajen”, enfatizó Fernández.
Ingresos y economía popular
El Presidente también se refirió al «cambio estructural» que el Gobierno nacional prevé en el programa de asistencia a los sectores vulnerables y ratificó su decisión de convertir los planes sociales en trabajo genuino.
“Tenemos un nivel de auxilio a los sectores más débiles muy alto”, reconoció Fernández y aseguró que “el problema del Salario Básico Universal nos exige replantearnos todo el sistema de planes, porque sino se terminan superponiendo”.
“Es un tema que hay que mirarlo con mucho cuidado porque significaría un cambio estructural: nosotros creemos que los planes tienen que convertirse en trabajo. Debemos recuperar en ese sector de la sociedad la cultura de un trabajo, pero de un trabajo formal”, explicó el jefe de Estado.
“La mayoría piensa que la gente que recibe un plan no trabaja, pero sí lo hace. Trabajan en la informalidad, en eso que llamamos economía popular, que se mueve con otras reglas y donde viven millones de argentinos”, sumó.
Y reconoció: “Sacarlos de la economía popular y volverlos trabajadores formales es el objetivo central, pero eso no quiere decir que vamos a dejar a quienes lo necesiten sin asistencia”. “Tenemos que seguir en la senda de apostar a la producción, al desarrollo social y regional y a la generación de empleo”.