«La guerra y los precios de los productos de harina pegarán mucho en la inflación de marzo«, anticipó el secretario de Comercio, Roberto Feletti, en declaraciones radiales. El funcionario dejó entrever que el Gobierno debe tomar otras medidas contra la inflación que exceden el alcance de su dependencia. «Milagros uno no hace», dijo. 

Luego de que los precios anotaran subas del 3,9 por ciento y del 4,7 por ciento en enero y febrero, las estimaciones privadas de marzo ubican el índice entre 5 y 6 por ciento, nuevamente con alimentos moviéndose bien por arriba del promedio.

El funcionario también anticipó que «estamos evaluando la acción sobre algunas empresas que han abusado de su posición dominante en el mercado para establecer precios en el mercado» a partir de la Ley de Defensa de la Competencia. En un escenario de clara aceleración inflacionaria y con el Gobierno en modo reducción de daños, con el objetivo de que los precios no entren en una dinámica de subas por encima del 50 por ciento anual, Feletti advirtió que «la política microeconómica de la Secretaría tiene que inscribirse en un plan macroeconómico que genere expectativas favorables para el índice de precios. Solo con regulación los precios no bajan, cuanto mucho se pueden contener, que esa es la tarea que estamos cumpliendo ahora”.

Retenciones

El Secretario también hizo referencia a las diferentes visiones que tiene la coalición de gobierno en relación al tema inflacionario. «No podemos convalidar un efecto riqueza. No podemos convalidar que alguien, aunque sea legítimo, porque acopió trigo o girasol que de pronto duplica su precio o sube un 70 por ciento en dólares su valor, traslade ese efecto inmediatamente al pan o al aceite y lo pague la población. Eso no es plausible en una sociedad armónica. Si dependiera exclusivamente de mí, trigo, girasol y maíz tendrían que tener niveles de retenciones más altas».

Feletti agregó que “la batalla contra los precios va a seguir siendo dura, compleja y siempre recordemos que no es exclusiva responsabilidad de la Secretaría de Comercio. Lo nuestro es microeconómico. Es trabajar en precios y costos de las empresas, es impedir apropiaciones monopólicas y luchar para que los precios internacionales, que hoy están muy en suba, no impacten en los precios internos, sobre todo en lo que son insumos para alimentos como son trigo, maíz y girasol. Si dejamos que se asignen libremente los recursos en función del mercado internacional, los argentinos no van a comer. Eso lo sostengo y lo voy a pelear, porque hace a la esencia de mis convicciones. El mundo está hablando de crisis alimentaria, en todos los países los estados están interviniendo ante esta situación. Un gobierno peronista tiene que crear la expectativa que creó siempre con la expansión de la economía y el salario. Se está a tiempo, hay que tomar las decisiones en esa dirección”.