A Santiago Manoukian, economista de Ecolatina y quien analizó estos datos, le preguntaron hace unos días de un medio de comunicación del exterior cómo es que en este escenario de alza de precios y caída del poder de compra de los salarios, se da un fenómeno de consumo sostenido. Querían saber cómo se explicaba un síntoma que, para el especialista, «responde además de lo económico a una cuestión emocional». La gente, según Manoukian, tiene una especie de «consumo de revancha, que es un argumento de consumos postergados, pero además es el querer vivir cosas que estuvieron mucho tiempo suspendidas por la pandemia». La referencia es para el comportamiento de comensales en restaurantes de Capital luego de años en los cuales la COVID 19 restringió la posibilidades de reuniones en lugares públicos.
El economista afirmó, en este contexto, que como decía Keynes, la formación del economista debe ser integral, filosófica y política. Aplica el concepto para explicar este escenario, que excede lo económico. Algo parecido, pero más lógico y justificable, ocurre con la percepción sobre compra de bienes durables. Ecolatina tomó datos de la Universidad Di Tella para concluir que tomando como base 100 enero del 2020, es decir la prepandemia, hubo un crecimiento del 80 por ciento en la percepción de compra de durables. Esa cifra, que equivale a una base 180 contra el 100 de enero del 20, es también el número más alto desde comienzos del 2018, período previo a las devaluaciones y crisis de deuda del macrismo. «El punto ahí -dijo Manoukian- es que se recreó un esquema de incentivos que te lleva a adelantar consumos, además de tener tasas reales negativas y financiamiento como Mi Moto y Ahora 12». El economista agregó además que todo se da «en un contexto donde hay cepo y no podes comprar dólares y hay expectativas de devaluación». Otra rareza de los bienes durables: los precios en la primera quincena del mes fueron de los que más subieron, y aún así se sostiene la ide de conveniencia.
Un último dato que destaca del fenómeno general es que «los salarios adentro de la formalidad, en la primera parte del año, estuvieron más protegidos y te ayudó a mantener un consumo estabilizado». Eso, para el especialista, es lo que garantiza que por ahora no se vea un derrumbe marcado del gasto de los hogares.