El Premio Nobel de Economía 2022 ya tiene dueño: los estadounidenses Ben Bernanke, Douglas Diamond y Philip Dybvig ocuparán un lugar en la historia de uno de los premios más prestigiosos del mundo por su aporte para entender el rol de los bancos como orientadores de la inversión, pero también como protagonistas en las crisis financieras de la economía moderna. Fue gracias a tres artículos escritos a principios de la década del 80 en los que sentaron «las bases científicas para la investigación y la regulación bancaria moderna». La polémica en torno a la nominación de Bernanke, presidente de la FED en la crisis de 2008.

El rol de los bancos es crucial para el funcionamiento de la economía moderna pero, sobre todo, son una arma de doble filo que hay que saber utilizar en momentos de crisis. Los tres flamantes nobel de Economía se encargaron de estudiar su papel en la sociedad, qué los hace vulnerables, cómo profundizan las crisis financieras y, por lo tanto, de qué forma habría que regularlos.

La temática de la investigación no es casual en un mundo que se encuentra en crisis desde 2020, primero por los impactos en la economía mundial producto de las medidas de aislamiento tomadas por los distintos gobiernos para enfrentar la covid-19, y un poco más cerca por los efectos de una guerra entre Rusia y Ucrania que aún no finaliza. «Las ideas de los laureados han jugado un papel importante para garantizar que las últimas crisis no se convirtieran en nuevas depresiones con consecuencias devastadoras para la sociedad», aseguraron desde la academia sueca.

En la práctica la designación causó polémica ya que Ben Bernanke fue el presidente de la Reserva Federal (FED) durante la crisis financiera de 2008 y tanta importancia les otorgó a los bancos que decidió rescatalos  y desligó a los banqueros por su responsabilidad del colapso.