En el Gobierno Nacional destacan con obsesión que el corazón del acuerdo con el Fondo Monetario (FMI) garantiza el crecimiento en base a un aumento constante del gasto en áreas estratégicas. Según confiaron a Página I12 fuentes oficiales, ese aumento se va a ver reflejado en la inversión pública en Obras, en Ciencia y en Educación. Todo está volcado, además, en otra parte del articulado de la Carta de Entendimiento con el organismo que comanda Kristalina Georgieva.
El primer punto es clave y es el más relacionado a la marcha del país. Las grandes obras han sido el puntal de la recuperación del empleo y la economía. De hecho, uno de los que salió a explicar en las últimas horas, en tándem con el Presidente y el ministro Guzmán, fue el ministro de Obras, Gabriel Katopodis. En su cuenta de Twitter aclaró que no habrá planes de ajuste. Es uno de los que está al tanto, desde el inicio, de los avatares de la negociación.
Este último punto es importante y está en las mesas de discusión para el cierre: el grueso del pedido de Argentina es que los desembolsos para pagar los vencimientos vengan con más dinero extra que sea de utilidad para empezar a saldar la deuda y, a la vez, apalancar las reservas del Banco Central. Esto debería verse, sobre todo, en marzo: en la Casa Rosada esperan que el FMI envíe en ese mes unos 10 mil millones de dólares, siendo el inicial el mayor desembolso de todos los que vendrán cuota tras cuota.
¿Por qué Argentina pide más dólares? La obsesión oficial es que una existencia de dólares justa para cumplir con los vencimientos y algo más ponga al Fondo en condiciones de exigir cada tres meses más cosas. Todo a consideración de no concretar los desembolsos siguientes. Técnicamente, es algo que está en los estatutos pero que nunca se cumplió: el ejemplo más cercano es el préstamo millonario al gobierno de Macri que ya tenía una crisis aguda y al Estado en virtual quiebra cuando se alzó con esos montos.