El ayuno intermitente tiene como fin la limpieza de las células

 

La nutricionista del Caps 9 de Julio, María Emilia Jarma, habló sobre qué es el ayuno intermitente, para quiénes es o no recomendable y cómo se debe romper el mismo. Además, la profesional advirtió sobre la importancia de la consulta con un especialista antes de la adquisición de este hábito, ya que no es recomendable en todos los casos.

Si bien el ayuno intermitente es un patrón o modelo alimentario que se encuentra muy en boga en la actualidad debido a los beneficios que ofrece, se trata de una práctica que viene implementándose hace varios años ya: “Este es un tipo de tratamiento ancestral que se indicaba, por ejemplo, en enfermos de epilepsia o depresión. A medida que van evolucionando los trabajos de la comunidad científica, se descubren y difunden más de sus beneficios”.

Existen diferentes tipos de ayuno, pero la característica principal del intermitente es la restricción de horario y los beneficios que implica establecer el círculo circadiano de los órganos. A saber el reloj biológico o mecanismo con el que contamos que regula que un determinado proceso fisiológico se lleve a cabo en un momento concreto del día o de la noche. “Esta práctica va mucho más allá de una simple restricción calórica, reduce los niveles de glucosa en sangre, mejora la sensibilidad de la insulina, el foco y la concentración”, contó.

Las mitocondrias, orgánulos celulares que generan la mayor parte de la energía química necesaria para activar las reacciones bioquímicas de la célula, también se ven beneficiadas al mejorar la flexibilidad metabólica y la oxidación del panículo adiposo. Más allá de estas contemplaciones respecto al ayuno, la profesional advirtió que no necesariamente todos pueden acceder a esta práctica, ya que puede generar o desencadenar en algunas personas situaciones de ansiedad, por lo cual siempre debe ser recomendada y supervisada por un especialista.

“De acuerdo a las horas de ayuno que se mantengan, se verán los beneficios que se puedan llegar a obtener, el más básico es el de 12 horas y desde allí en adelante la idea es generar un patrón, pasar posteriormente a uno de 14 horas, 16 y así progresivamente para garantizar la autofagia o la limpieza de las células de todos los deshechos que el organismo tiene”, definió a la vez que hizo hincapié en la importancia de no iniciar de golpe el proceso y consultar con profesionales nutricionistas o médicos de cabecera que sean idóneos y tengan experiencia en el tema.

Respecto a las edades recomendables para el ayuno intermitente Jarma puntualizó que en niveles generales puede llevarse adelante en amplios rangos etarios, excepto en niños, pacientes con diabetes tipo II o con trastornos de la conducta alimentaria como bulimia o anorexia.

En lo que refiere al momento de cortar o romper con el periodo de ayuno, la nutricionista resaltó que deben evitarse los hidratos simples, edulcorantes o productos procesados: “Siempre se recomienda empezar con algún alimento que contenga omegas como nueces o almendras, infusiones amargas, algún pan con base de harina de coco, proteínas como jamón magro o lomito de cerdo, hummus de arvejas, atún o huevos”, concluyó.