El Banco Central tomó nuevas medidas para controlar las reservas de dólares. Por un lado, anuló la financiación con tarjetas de créditos para compras en freeshops, que se suma a las decisiones anteriores de cancelar el finaciamiento para viajes, servicios y compras puerta a puerta en el exterior. Por otro lado, redujo de 90 a 60 días el acceso a dólares para la compra y producción de agroquímicos; y de 365 a 60 días para importar insumos destinados a productos de exportación.

«Todos tienen derecho a las vacaciones en el exterior, pero tenemos que administrar reservas», había señalado la ministra de Economía, Silvia Batakis, recientemente. Esas declaraciones anticiparon nuevas medidas del Banco Central en materia de dólares para turismo.  Y se sumó a las decisiones tomadas anteriormente para la compra de pasajes y servicios al exterior, y las compras de puerta a puerta.

La apertura de todas las fronteras pospandemia apuró la reconstrucción del mercado de viajes en todos sus segmentos y por ende se multiplicó la demanda de divisas. Según detalló la agencia NA, la evolución de la demanda de dólares se triplicó.  En los primeros cinco meses de 2022, el BCRA destinó US$ 1.516 millones para atender compras en el exterior frente a los US$ 491 millones del mismo periodo en 2021.

La proximidad de las vacaciones de invierno y las proyecciones para las salidas de fin de año, que incluyen el Mundial de Fútbol en Qatar, fueron factores para tomar la decisión esta semana. «Todos tienen derecho a las vacaciones, pero tenemos que invitar a que vacacionen en el país también. Tenemos el Mundial en el medio y eso demanda muchas divisas», había señalado Batakis.

Además, el Banco Central cuenta con un problema para calcular la balanza que genera el movimiento turístico internacional, ya que la existencia del «blue» distorsiona el ingreso de dólares por parte de los turistas extranjeros en el país, que no liquida los dólares en el mercado oficial para favorecerse con la cotización ilegal.

Un guiño para el agronegocio y las industrias exportadoras

Las liquidaciones del sector cerealero y oleaginosa están en niveles récord por la disparada de precios que causaron la pandemia de Covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania. Y aunque no son suficientes para contrarestar la salida por el incremento de los precios de la energía, que Argentina aún debe importar en el invierno para abastecer a la industria y al mismo movimiento del sector agropecuario, venían generado un ruido entre las entidades del «campo».

El paro convocado para julio por la Mesa de Enlace tenía como puntos la falta de biodiesel –que significa una salida de dólares vía exportación– y la posibilidad de un faltante de fertilizantes para la próxima cosecha, ya que Argentina importa el 60 por ciento de los químicos que utiliza el modelo agroindustrial para conseguir mejores rindes de los suelos.

En ese sentido, el BCRA decidió «mejorar las condiciones de financiación para la importación de fertilizantes, productos fitosanitarios y los insumos necesarios para su elaboración en el país» y redujo de 90 días a 60 días el plazo para el acceso al mercado de cambios.

Por otra parte, las medidas también benefician a los sectores exportadores, pero que precisan de insumos importados para su producción. En particular, para las empresas automotrices que tendrán un acceso simplificado para los modelos que se venden al exterior. En general, el BCRA indicó que se reducirán de 365 a 60 días el plazo para acceder a los dólares a aquellas empresas que  deban importar insumos «utilizados para la producción local de bienes a exportar, cuando simultáneamente se liquidan anticipos o prefinanciaciones de exportaciones».