El Banco Central flexibilizó las condiciones para acceder a divisas para los importadores de autopartes, fertilizantes y productos fitosanitarios. Con esa medida, busca evitar que los problemas de abastecimiento de insumos provenientes del exterior repercutan en la marcha de la actividad productiva, y por ende en el empleo, y en la dinámica inflacionaria. Junto a otras decisiones en sentido contrario en torno a la disponibilidad de divisas para compras de bienes finales (ver aparte), el Central refuerza las señales de que prioriza la actividad productiva, en un cuadro de escasez de dólares dado por las fuertes importaciones de energía y los incentivos que determina la brecha cambiaria (a apurar compras al exterior y demorar ventas).

La autoridad monetaria, que en los últimos días antes de la salida de Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía fortaleció las restricciones para las importaciones para proteger las reservas internacionales, redujo de 90 a 60 días el plazo para que puedan acceder a dólares los importadores de autopartes, fertilizantes y productos fitosanitarios.

La entidad también informó que «se podrán cursar los pagos que realizan las empresas que recaudan en el país los fondos pagados por residentes a prestadores no residentes de servicios digitales».

Más allá de situaciones de desinformación sobre faltantes en las góndolas en pos de presionar al Gobierno para que libere importaciones, lo cierto es que en el sector productivo hay señales de alerta por el acceso a piezas e insumos del exterior. Muchas empresas advierten que la restricción de acceso a las divisas en un 15 por ciento por encima de los números del año pasado es muy corta porque en el medio crecieron los precios internacionales y además se amplió la demanda en el mercado interno.