La ola de calor que se cierne sobre Europa en estos días da la pauta de un verano extremadamente caluroso. Un dato curioso lo da que la sequía llegó a lagos y ríos, con lo que el bajo nivel de agua ha dejado en la superficie restos hundidos.

Por ejemplo, la bajante del Danubio en Serbia permite ver barcos hundidos de la Segunda Guerra, todavía con explosivos. Se trata de barcos alemanes hundidos en 1944. Explosivos sin detonar aparecieron en el río Po, en Italia, donde apareció una barcaza hundida en 1943. Además, en un pueblo cerca de Mantua debieron evacuar a unas 3 mil personas, donde se detonó de manera segura a una bomba sumergida hace más de setenta años.

En España, quedó a la vista el Dolmen de Guadalperal, un conjunto de piedras de 5 mil años antes de Cristo, considerado como el «Stonehenge español», en el embalse de Valdecañas, en Cáceres. El Dolmen había sido descubierto en 1926, pero quedó bajo el agua por una inundación en 1963 y apenas quedó a la vista en cuatro oportunidades.

La sequía también permitió que se vea un «pueblo fantasma» en Galicia. Se trata de Aceredo, cerca de la frontera con Portugal, que se inundó en 1992

En el Reino Unido, quedaron expuestas las ruinas de una iglesia en Derwent, un pueblo que quedó bajo el agua en 1940 para la construcción de un embalse. También se pudieron ver árboles en el embalse del lago Colliford.

Además, la bajante hizo que se vean restos de jardines del siglo XVII en Lydiard Park, Swindon y en Longleat.