La hipótesis actual de la investigación es que Gabriel Carrizo era el líder del grupo que intentó matar a la vicepresidenta y, al menos por ahora, se trata de un grupo de odiadores, marginales, antiperonistas, neonazis, antisemitas, todo eso mezclado con pornografía, zoofilia y prostitución. Eso no quita de ninguna manera que, posiblemente a través de Carrizo, alguien los haya influido e incluso financiado. Esa es la clave de un caso que todavía está lejos de esclarecerse. Por de pronto, la lógica es que esta semana la jueza María Eugenia Capuchetti va a procesar por tentativa de homicidio agravado a los dos últimos detenidos: Agustina Díaz y Carrizo, a quienes el jueves y este sábado la magistrada les negó la excarcelación. Aún así, la tentativa de magnicidio plantea todavía numerosas incógnitas.

1.- ¿De dónde sacaba dinero el grupo?

2.- ¿Cómo era verdaderamente el plan?

En su declaración del viernes, Carrizo tiene un mensaje el 1 de septiembre, después del ataque, en el que dice “esto estaba planificado para dentro de una semana, hizo todo mal (Sabag). Es un pelotudo”. El dueño del aparato de hacer copos se asustó inicialmente porque pensó que Sabag había usado una pistola calibre 22 que suministró Carrizo, es decir que atentarían contra Cristina con dos armas: la 32 que usó Sabag y que, según la jueza, compró Brenda en abril, y la 22 que, de acuerdo a los mensajes, Carrizo y Brenda descartaron esa misma noche cerca de Barracas. Tal vez la mecánica pensada era la misma, acercarse a la vicepresidenta y dispararle desde dos ángulos distintos. Por los mensajes encontrados en los celulares, barajaban las dos variantes: que con la estampida producida por los disparos, los tiradores podrían huir, o que los lincharan. Todo el tiempo hablan de San Martín y de que se van a convertir en héroes por matar a Cristina.

3.- ¿Qué falló?

En el procesamiento de Fernando Sabag y Brenda Uliarte la jueza no tiene una hipótesis definitiva. La pericia del arma y de los proyectiles indica que estaban en condiciones de matar. Sólo especifica que la corredera tenía un mal funcionamiento. Según Carrizo “mi amigo (Sabag) estuvo a un segundo de convertirse en héroe nacional. Estuvo muy cerca, falló el arma, no entiendo andaba bien”. Una posibilidad -esbozada por el criminalista Raúl Torre- es que, metido entre la multitud, Sabag se puso nervioso y accionó mal la corredera, la bala no entró a la recámara y el disparo no salió. La otra posibilidad es que Brenda haya llevado la Bersa en la bolsa blanca hasta Juncal y Uruguay, se la dio a Sabag, éste pensaba que la bala ya estaba en la recámara, no hizo el chequeo que hace cualquier persona experimentada, y accionó el arma sin el proyectil en la recámara. No hubo disparo. En cualquier caso, CFK salvó la vida de milagro. En los mensajes entre Brenda y Agustina Díaz, que parecen ser pareja y por eso son muy confidentes entre sí, Agustina la increpa a Brenda «¿por qué mandaste a ese tarado?»

4.- ¿Los integrantes del grupo están detenidos o falta alguno?

La impresión es que, como mínimo, falta uno. En las imágenes del día 28 de agosto, un sujeto con gorro y barbijo habló, en la esquina de Juncal y Uruguay, con Brenda y Sabag, ambos parados al fondo, contra un paredón. Esa persona no está identificada. En principio parecía Carrizo, pero en su declaración del viernes él afirma haber estado en Tigre. Habrá que ver. Después hay otras imágenes que llaman la atención y hacen pensar en la presencia de otros posibles atacantes, todos con barbijos y gorras. Agustina Díaz seguramente será procesada esta semana por los mismos cargos, tentativa de homicidio agravado por premeditación, alevosía, uso de armas y la participación de dos o más personas. Y se verá si a Capuchetti le dan los tiempos para firmar el procesamiento de Carrizo, por los mismos cargos.

5.- ¿Qué falta?

Según los investigadores, el círculo de arriba de la trama, es decir alguien que influyó y financió al grupo. ¿Es seguro que existe o podrían ser un grupo de odiadores y neonazis como existen en otros países? La verdad es que no se puede descartar. Pero hoy por hoy prima la idea de que alguien estuvo por encima. Por un lado, a partir del discurso: violento, en sintonía con Revolución Federal. La idea de matar a Cristina está presente todo el tiempo. Pero también estos mismos protagonistas tienen posteos de discursos de Javier Milei y del sector más duro del PRO. O sea, que alguien haya pensado «estos muchachos nos sirven, démosle unos mangos» es una hipótesis de trabajo en el expediente. Desde el punto de vista político es evidente que hay una influencia del mensaje odiador de la oposición y los medios odiadores del peronismo. Pero eso no alcanza en una causa penal: se busca un nexo concreto, real. Los investigadores dicen que están trabajando en una pista porque no les cierra la cuestión del dinero. Alguien los financió, concluyen.