Nicolás Dujovne, exministro de Hacienda durante el gobierno de Mauricio Macri, reapareció en la escena mediática y, fiel al habitual libreto macrista, no solo evitó autocríticas sobre su gestión sino que volvió a defender el ajuste económico que llevó adelante el gobierno entre 2015 y 2019 y que dejó a miles de personas bajo la línea de la pobreza. Respecto a la interna dentro de Juntos por el Cambio de cara a las elecciones 2023, dijo que «es muy temprano» para definirse por un candidato y negó, en ese sentido, estar trabajando en un plan económico para el expresidente.

La receta del éxito, planteó el exfuncionario sin hacerse cargo de los desastres que dejó su paso por el Ministerio durante la etapa más álgida de la administración macrista, la corrida cambiaria del 2018, es tener «una política que apunte a bajar la inflación en el mediano y largo plazo. No me sirve mirar el mes que viene. Esa es la típica visión kirchnerista. Evito un costo el mes que viene y acumulo problemas que no se resuelven nunca».

«El Gobierno estuvo regando la plantita de la hiperinflación durante toda la administración Fernández-Guzmán, y con una acumulación de déficit fiscal muy grande, financiado con emisión, que luego eran retiradas con deuda del BCRA», evaluó Dujovne sobre el desempeño de la gestión actual.

Preparar a la sociedad para un nuevo ajuste

Lejos de hacer una autocrítica sobre el ajuste macrista que dejó a miles de personas bajo la línea de la pobreza, opinó que lo que falló es que “Argentina tendría que haber corregido el déficit más rápido”. En ese sentido, planteó que el próximo Gobierno deberá hacer “una tarea de docencia muy clara” para generar tolerancia en la sociedad para implementar un ajuste que logre bajar la inflación y estabilizar la economía en general».

«Hay que poner todo en la balanza, explicárselo a la sociedad y yo creo que hoy está mucho más madura para enfrentar el problema fiscal que en 2015 cuando los síntomas eran menos visibles«, añadió el exfuncionario.

Dujovne tampoco hizo una autocrítica sobre la corrida cambiaria de 2018 y se limitó a decir que se trató de una cuestión global y de un problema de «timing». «Si mirás el desempeño de los spreads de Argentina en 2018 son una copia de lo que le ocurrió a los países que estaban en una situación de mayor fragilidad en términos de déficit fiscal, déficit en la cuenta corriente… Argentina tuvo el mismo desempeño en términos soberanos en 2018 que los que tuvo Egipto», analizó.

Entonces, continuó, «lo que Argentina tuvo fue una sequía muy grande que nos costó unos US$10.000 millones de oferta de divisas con los que contábamos en ese año. Y cuando empiezan a subir las tasas en Estados Unidos, los créditos que todavía tenían fragilidades tuvieron correcciones importantes. Estábamos ajustando ya bastante fuerte nuestra posición fiscal, pero nos agarró cuando todavía teníamos necesidades de financiamiento bastante grandes. Para mí fue el timing de cuándo llegó el cambio en la política monetaria y fiscal en Estados Unidos, en términos de dónde estaba nuestro programa fiscal en ese momento».

El error, a su criterio, fue que «Argentina tendría que haber corregido el déficit más rápido». En 2017, recordó, «ya bajamos el gasto público a dos puntos del PBI, entonces cuando comenzó mi gestión comenzamos una corrección acelerada de la situación fiscal, pero creo que la administración debería haber empezado desde el día uno priorizando el objetivo fiscal por sobre otros objetivos»

Consultado sobre la mejora que hubiese implicado la aplicación de un cepo temporario, respondió: «Si vos mirás el efecto del cepo, lo que le está pasando hoy a la Argentina, te das cuenta de por qué los países rehúyen la imposición de controles de capitales. No vas a encontrar muchos países en el mundo que tengan control de capitales y que les vaya bien. De hecho, la Argentina dejó de crecer desde el 2011, que tuvimos la imposición del cepo cambiario«.

Fondo Monetario Internacional

En ese marco, defendió el endeudamiento del gobierno macrista con el Fondo Monetario Internacional y dijo que «es lo que estaba permitiendo que la Argentina atraviese esa sequía transitoria de financiamiento sin entrar en default, sin tener que poner un cepo».

En cambio, planteó el exfuncionario, «el gobierno cuando reestructuró la deuda en 2020, lo hizo de una manera que dañó la credibilidad de Argentina. El riesgo país nunca bajó de 2.000 puntos, porque Argentina le pidió a los acreedores empujar los vencimientos de capital algunos años y tener cupones de interés a tasas a cero por unos años, pero mientras tanto, en vez de generar las condiciones fiscales para el repago de esa deuda más adelante, se embarcó en un aumento del déficit fenomenal».

En otro tramo de la entrevista, Dujovne aprovechó para deslizar una crítica a la actual gestión del FMI: «El Fondo ha tenido problemas no sólo con Argentina sino con muchos otros países en sus últimos programas, y lamentablemente también ha perdido credibilidad. Hoy el sello del Fondo no genera lo mismo en términos de credibilidad para el país que suscribe el programa, que es lo que ocurría hace algunos años».

El FMI, añadió Dujovne, «ha tenido serios problemas de diagnóstico en términos de la resurgencia de la inflación en el mundo. No pudieron advertir que las mega expansiones fiscales y monetarias durante la pandemia iban a tener el efecto inflacionario que tuvieron a lo largo del mundo».

En el caso de Argentina, puntualizó, «yo creo que lo que el Fondo reconoce es que es muy difícil que las políticas macroeconómicas sanas hoy tengan ownership por parte de las autoridades. Reconociendo que la Argentina hoy no tiene esa voluntad de moverse hacia un programa que sea muy sólido, el Fondo decide ser flexible.

Ahora, reflexionó, «tenemos que preguntarnos en un programa en el cual se están cumpliendo las metas, la inflación es del 100% anual, hay un problema de diseño en el programa, no solo de la laxitud en el cumplimiento de las metas».

Moneda

Consultado sobre la posibilidad de promover una moneda común con Brasil en vez de fomentar la autonomía del Banco Central, respondió: «No son para nada excluyentes, van de la mano. Es una de las alternativas que Argentina tiene que evaluar. Todas tienen que partir de la base de un Banco Central independiente que deja de emitir dinero, para bajar la inflación, o sea, que deja de financiar al tesoro».

«Algún arreglo monetario que institucionalice un poco más los límites al BCRA, como una moneda con Brasil, tiene ventajas sobre, por ejemplo, la dolarización», resaltó, y añadió: «Los shocks a los que estamos expuestos, la correlación entre los términos de intercambio entre la Argentina y Brasil, es una correlación positiva cercana a 0,5».

«Si uno mira los últimos 40 años, la correlación entre los términos de intercambio entre Argentina y Estados Unidos es negativa, y estamos expuestos a shocks distintos», ejemplificó.

También opinó que «tendría que haber un Banco Central supranacional, por encima de los bancos centrales de aquellos que adhieran a la moneda, que eventualmente podrían ser más países». Así, precisó, «seguiríamos teniendo un Banco Central que hace política monetaria en términos de los shocks a los que está expuesto la región, y el riesgo de reversibilidad sería mucho más bajo».

«En nuestro gobierno intentamos el camino de generar las condiciones para bajar la inflación construyendo credibilidad de largo plazo y eliminando el financiamiento monetario del déficit», planteó Dujovne, sin mencionar la poca credibilidad que finalmente cosechó.

Y agregó: «Ahora, si uno hace un acuerdo monetario con un país que ya ha bajado la inflación, puede construir credibilidad sobre la base del Banco Central al cual se está sumando. Puede acelerar la convergencia a una tasa de inflación más baja, porque construir credibilidad en los países que vos mencionas les ha llevado un proceso de 10 a 15 años».

«Pero por supuesto, Argentina puede transitar también el camino de construir una moneda fuerte, sólida, con inflación similar a la internacional, eso implica mucha disciplina fiscal, implica que la política tiene que realmente reconocer la importancia del equilibrio fiscal de largo plazo», reflexionó el exfuncionario macrista. Y concluyó:  «Tenemos que entenderlo: No hay maniobras monetarias que vengan a salvarnos a los argentinos del problema inflacionario si no resolvemos el problema macroeconómico más importante que tenemos, que es un déficit fiscal crónico«.