La Audiencia de Barcelona ha tomado una decisión crucial en el caso de Dani Alves, quien había sido juzgado por agresión sexual. Tras una vista en la que se debatió su situación personal, el Tribunal Supremo de Barcelona acordó dejar al ex futbolista brasileño en libertad provisional bajo ciertas condiciones, mientras se resuelven los recursos contra la sentencia que lo había condenado a cuatro años y medio de cárcel.
Dani Alves, en libertad condicional
La resolución de la Sección 21ª de la Audiencia de Barcelona llega después de un proceso legal que ha captado la atención nacional e internacional, dado el perfil público de Dani Alves y la gravedad de los cargos en su contra. El ex jugador del Barcelona, Juventus y PSG, entre otros equipos, había sido condenado por su implicación en un incidente de agresión sexual a una joven en una discoteca de Barcelona, lo que generó una conmoción en la opinión pública y en el mundo del deporte.
Las condiciones impuestas para la libertad provisional de Dani Alves incluyen el pago de una fianza de 1.000.000 de euros y la entrega de sus dos pasaportes (español y brasileño). Además, se le prohíbe salir del país y se le impone una serie de restricciones, como la prohibición de acercarse a menos de un kilómetro de la víctima y la obligación de presentarse semanalmente ante la Audiencia de Barcelona.
La resolución llega apenas un día después de que la Inés Guardiola, la defensa de Alves, haya pedido su puesta en libertad provisional con el argumento de que ya había cumplido una cuarta parte de la pena. “Creo en la justicia, no huiré”, había dicho el lateral brasileño en su defensa. La Fiscalía y la acusación particular se opusieron a la medida con el argumento de que dispone de medios económicos para darse a la fuga. La defensa argumentó, en cambio, que tiene domicilio y arraigo en Barcelona.
En España, la prisión provisional puede ser impuesta por tres razones: riesgo de reincidencia delictiva, riesgo de destrucción de pruebas o riesgo de fuga. Desde el inicio de la investigación, el motivo principal para mantener a Alves en prisión fue el riesgo de fuga, debido a su capacidad económica, su nacionalidad brasileña (país que no suele extraditar a sus ciudadanos) y la previsión de una pena elevada por agresión sexual, lo que podría incentivarlo a intentar escapar.
Estas medidas cautelares buscan garantizar que Alves no represente un riesgo de fuga mientras se resuelven los recursos interpuestos contra la sentencia. Sin embargo, la decisión no ha estado exenta de controversia, ya que algunos sectores de la opinión pública han expresado su preocupación por la posibilidad de que el exfutbolista pueda eludir la acción de la justicia o influir en el proceso legal debido a su estatus y recursos económicos.
Fuente: Olé