Veinte Años de Pasión: La Trascendencia de la Obra Teatral «Pasión de Cristo 2024» en La Cocha

En las laderas pintorescas de Monte Grande, un pequeño paraje que yace en la serenidad de la ciudad de La Cocha, se ha desplegado una epopeya teatral que trasciende el tiempo y el espacio. Desde hace más de dos décadas, la obra «Pasión de Cristo 2024» ha sido una manifestación viviente de fe, arte y comunidad, dirigida magistralmente por María Eugenia Avellaneda.

En la reciente presentación de esta obra, el aire vibraba con la energía de la devoción y la creatividad. Funcionarios de las diversas secretarías de la Municipalidad de La Cocha se unieron a la directora de la Escuela de Teatro María Eugenia Avellaneda y a los talentosos habitantes de la ciudad para encarnar los sagrados personajes de la Pasión de Cristo.

Desde el alba hasta el ocaso, hombres, mujeres y niños se entregaron con fervor a sus roles, inmersos en la narrativa que ha trascendido generaciones. La antigua casona y la gruta se convirtieron en el escenario sagrado donde la historia de redención se desplegó con una intensidad palpable.

Es importante destacar el papel fundamental del propietario del predio, el señor Fernando Robles, cuya generosidad y apoyo han sido pilares en la realización de esta obra monumental. Además, el respaldo del Intendente Municipal de Aguilares, Jimena Mansilla, ha sido crucial para mantener viva esta tradición que une a la comunidad en torno a su fe compartida.

La «Pasión de Cristo 2024» no es simplemente una representación teatral; es un acto de comunión y reflexión que trasciende las fronteras del escenario. Es un recordatorio conmovedor de los valores más profundos de la humanidad: la compasión, el perdón y el amor incondicional.

En un mundo cada vez más fragmentado y desconectado, eventos como este nos recuerdan la importancia de la comunidad y la fe en nuestras vidas. La obra no solo ofrece entretenimiento, sino también una oportunidad para la introspección y la renovación espiritual.

A medida que el sol se ocultaba en el horizonte y las luces del pueblo se encendían, quedaba una sensación de gratitud en el aire. Agradecimiento a todos aquellos que hicieron posible esta verdadera fiesta de fe, donde el teatro se convierte en un puente hacia lo divino y lo humano. En La Cocha, la Pasión de Cristo no es solo una representación, es un legado que perdura en el corazón de su gente.